mapas de caminos que no llevan a roma (vii)
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1. Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones MAPAS DE CAMINOS QUE NO LLEVAN A ROMA VII MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones boucicaut 1l FATALIDAD Si llegas a casa sobre estas horas me encontrar s agujereando de mala manera la chapa de un aparador Benji no especialmente barato Te preguntar s porque lo hago pero prefiero que no lo hagas Ya sabes que bregar con obst culos como la existencia de llaves de tuerca con la consistencia del surimi act a sobre m como una droga estimulante a la hora de montar muebles Qu decir del manual de instrucciones arma secreta de la competencia y obra maestra de la incompetencia Sirva de resumen que dos horas despu s de encontrar lo que parec a un error de f brica que cre a irresoluble y solicitar un instalador bajo compromiso de abonar el montaje si la culpa era m a descubr que la figura 7 no ten a por qu coincidir necesariamente con la p gina 7 y que el lateral que no hab a forma de encajar era en realidad una balda Para terminarlo de arreglar el operario de habitual perezoso ten a un servicio cerca de casa y en apenas minutos estar a aqu ley ndome su cartilla condescendiente Sinti ndome ni o descubierto en algo malo que echa la culpa al hermano peque o que tiene m s a mano me hice con berbiqu y taladro y en estas sigo est2. larse y casi todo ser perdonado Y fue entonces cuando m s armonizado se sent a con el paisaje que una de las carcasas una cualquiera fue a ascender un poco m s que el resto En alg n momento la vio explotar y transformarse en una palmera verde esmeralda de dimensiones colosales cuyas hojas describ an un arco espectacular con destino a los cuatro puntos cardinales El murmullo que sub a hasta el d plex conten a toda la sorpresa del que se admira de una demolici n MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones Oboucicaut7l llevada al cabo hasta sus ltimas consecuencias De la luna llena como de tantas otras cosas no hab a quedado ni el m s miserable fragmento MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones boucicaut 1l EL C NTARO Y LA FUENTE Fui consciente del cambio no m s abrir los ojos agujereados por la luz del mediod a que se filtraba a trav s de la persiana que no supe cerrar bien la madrugada anterior Escondido tras un terrible dolor de cabeza percib por primera vez el olor a quemado diferente al de los guisos que se pegan en las ollas dominicales Sal de casa con los andares de un son mbulo y con la nica premisa de conseguir las figuritas de Beyonc y Kim Jong Un
3. que representaban las dos primeras piezas del ajedrez medi tico que anunciaba el diario Fue entonces cuando la situaci n se me present en toda su crudeza Del cielo parec a haberse apoderado un fular anaranjado enturbiando rostros y objetos priv ndonos de referencias o sustituy ndolas por impresiones El tufo ya sobrepasaba lo tolerable y mi cerebro atrapado en la camisa de fuerza de una resaca no acertaba con una explicaci n razonable La hab a Siguiendo el mismo fen meno que hace al c ntaro romperse de tanto ir a la fuente el incidente m s est pido y trivial hab a incendiado por en sima vez las redes sociales ya sobrecargadas por el cazador furtivo arrestado en el t nel Canal de la Mancha mientras persegu a un panda hembra por el interior de un cajero autom tico de Sal nica La diferencia respecto a otros casos es que en ste al parecer hab an fallado todos los cortafuegos MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones boucicaut7l LOS D AS DEL PIE IZQUIERDO Le faltar n al menos un par de cent metros para alcanzar la barra del trapecio Descoyuntar su hombro para recortarle unos mil metros a la f sica tensar los ligamentos del codo hasta convertirlos en piel de tambor y seguir hasta forzar la rotura a todos los tendones metacarpianos Se dejar crecer las u as con su fe en el pen
4. rdaba una noche como aquella Brisa suave cielo raso vino y conversaci n poco menos que excelentes El mundo una marina en ligeros ndigos tamizada en los bordes por un magenta suave que gracias al puntillo adecuado y a la compa a deseable simulaba un amanecer dentro del ocaso En la cara oeste de la terraza del d plex enclavado entre dos enormes ficus el castillo de fuegos artificiales ep logo de toda celebraci n Y as y todo a trav s de aquellos primeros arabescos de luces se filtraba una mala sensaci n Los dos ltimos a os hab an sonado a este fin de fiesta Por el camino se hab an ido despe ando toda una serie de signos de identidad propios el sistema econ mico aut ctono los medios de comunicaci n locales los eventos deportivos internacionales En su ca da hab an arrastrado a muchos que los hab an patentado o defendido Como uno de los art fices del castillo el de naipes sinti colarse entre la neblina de alcohol la angustia del superviviente De repente necesitaba aquella tradici n ruidosa y a la vez met dica el asidero que supon a el espect culo de colores y formas destellando bajo la luz de la otra superviviente la justamente reconocida luna de Valencia El eco de decenas de miles de oohs de una multitud entregada a la liturgia de sus s mbolos contribuy a animarle Durante unos segundos volvi a contagiarse del nunca pasa nada habitual Entendi que en noches como aquella todo podr a arreg
5. ropeando a Benji para salvar jirones de mi orgullo Desconozco que a unas 4 calles de distancia este mismo instalador maldice su suerte escondido desde hace cinco minutos en el tramo de escalera que va desde el piso s ptimo a la terraza Sobresaltado por el timbre del portal que anunciaba el regreso del marido de Estela una hora antes de lo previsto a causa de un inoportuno apret n ha salido a la estampida del hogar ajeno agarrando al vuelo los primeros vaqueros que ha visto En ellos evidentemente no est n las llaves de la furgoneta ni el m vil con el que acababa de cerrar su pr xima visita una ojeada a cierto aparador Benji tristemente c lebre por su obtuso e irritante manual de instrucciones MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones boucicaut 1l PERSPECTIVA Aquel ser diminuto que golpeaba la lente desde el otro lado solo quer a advertirme que el cristal de aumento de este microscopio estaba montado al rev s y que la barba que yo me acariciaba mec nicamente no me convert a en un h pster al uso sino en un pat geno peligroso caracterizado por su exceso de vellosidad MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones boucicaut 1l VALENCIA 18 DE MARZO PAISAJE DE LA BATALLA No reco
6. samiento que domina a la materia y utilizar armas de seducci n masiva que conmover an a las piedras para ganarse la simpat a del imp vido pelda o de madera Todo con tal de salvar el diminuto pero implacable abismo Descubrir entonces que el trapecio la grada y toda la carpa del circo han dado un pasito hacia atr s casi imperceptible Se ponga como uno se ponga salen d as as MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma VII de Angel Pontones boucicaut 1l INSTRUCCIONES PARA PANDORA Usted es el primer ser vivo que la abre y por ello mismo me veo en el deber de darle un par de consejos El primero de ellos est relacionado con las bisagras No se olvide de engrasarlas cada cierto tiempo y se ahorrar m s de un chirrido desagradable El segundo consejo tiene que ver con su contenido MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATOS lacuevadelerizo MICRO RELATO
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